Soy una
idiota. Si, haz leÃdo bien. Soy una idiota. Te preguntaras porque lo digo y
porque me dio con comenzar esta carta asÃ. Veras, soy una idiota por haber
pensado en un principio que podÃa cambiarte. Que el conocerme podrÃa crear un
cambio en ti. Y la cosa es que siempre habÃa creÃdo que las personas no cambian
hasta que te conocà y se me metió en la cabeza que en el fondo eras lo que yo
buscaba. Y más que eso, que yo era capaz de distinguir entre lo que querÃas y
no querÃas. Cuando la verdad no existe tal cosa. Si soy sincera de primera
vista pensé que eras uno de esos hombres que andan por la vida con una muralla
en el corazón y un bachillerato en
mecanismos de defensa. Que en realidad esa fachada de tipo malo y peligroso
solo era una manera de esconder lo que en realidad eras. ¿Qué me hizo pensar
eso?, te preguntas. La verdad solo fueron unas tontas palabras que dijiste algún
dÃa que andabas pasado de copas y yo también, por supuesto. Ese dÃa me mentà a mà misma por primera vez y me hice creer que
estaba enamorada de ti y que peor aún, tú eras todo lo que siempre habÃa buscado.
Ignore todo lo que odiaba de ti y me hice creer que podrÃa cambiar todas esas
faltas. ¿Ahora comprendes porque he sido
un idiota? Ya ni recuerdo que fue lo que
dijiste ese dÃa que me hizo creer que en ti habÃa ese tipo que habÃa buscado
toda mi vida. Ahora estarás pensando cual serÃa el motivo de esta carta y que
demonios tienes tu que ver con que yo me haya creado toda esa historia en la
cabeza. No tienes nada que ver en todo esto y el motivo de mi carta es para que
entiendas porque tu carro tiene dos cristales rotos y uno que otro “golpecito”.
Pensándolo bien, tienes mucho que ver. Después de todo has sido el protagonista
de este cuento que me he creado en la cabeza y el único que ha venido a pagar las
consecuencias. Total ya me di cuenta que no eres lo que querÃa y que tenÃa razón
con eso de que la gente nunca cambia.
Con amor,
La chica del elevador
Post data. Perdona lo de tu carro, pero no tengo ni un euro para pagarte. Quizás la chica que ahora anda en tu cama te pueda prestar el dinero.