Nuestra historia, con alguien más.

El día esta frío, realmente frío. En la calles aún queda residuos de nieve del día anterior. Yo voy caminando por la calle con él. Él tiene su brazo alrededor de mis hombros, susurrándome algo al oído mientras yo estoy distraída mirándote a ti. Tú caminas a mi lado con un grupo de amigos y levantas la mirada justo cuando yo lo hago. Nos miramos, tú sonríes y yo por primera vez desearía estar a lado de alguien más. Él me dice algo al oído que hace que regrese mi atención hacia él, pero un parte de mi aún esta contigo. Yo finjo escuchar lo que esta diciendo y mi risa falsa se oye por la calles. Tú mirada se vuelve hacia mi cuando escuchas mi risa y la sonrisa anterior se vuelve una triste. Es como si supieras, aún si conocerme, que mi risa es falsa. Él y yo caminamos algunas calles más y tú continúas a solo unos pasos detrás de mí. Te oigo reír, tú si estas riendo de verdad. Tengo unas ganas increíbles de sacar su brazo de mis hombros. De decirte con gestos que no es él si no tú el que quiero a mi lado. Que quisiera tener todo lo que tengo con él contigo. Resulta extraño e irrealista que sin conocerte este sintiendo esto, pero en ese momento en que levante la mirada lo supe. Algunas calles mas adelante comenzamos a desviarnos a nuestros destinos. Y quiero girarme y preguntarte tu nombre. Quiero al menos saber algo de ti. Llevarme algo de ti. Miro una vez más hacia ti y te descubro mirando hacia mi, lo puedo ver, en tu mirada que tú también quieres llevarte algo de mi. Reprimo el impulso de susurrar mi nombre. En ese momento uno de tus amigos te llama, ¡Adam! Yo sonrió, tu aún me estas observando y yo sin poder evitarlo digo en voz alta, Cecilia. Tú sonríes y asientes con la cabeza. Él ajeno a todo me lleva lejos de ti…
Pasan los días y me doy cuenta que estoy viviendo nuestra historia con alguien más.    

Mi reloj.


Tengo un reloj, que toma el tiempo. Casi nunca falla en recordarme que ya no estás. Si me lo acerco al oído puedo escuchar el suave tick, tick, tick. Mi reloj parecería que cuenta mis latidos. Cuenta los segundos que estoy sin ti. Tick, tick, tick. A veces parece como si fuera más rápido pero muchas otras parece que no se moviera en absoluto. Que preciso es mi reloj que tomó exactamente el minuto y segundo que comencé a extrañarte. Tick, tick, tick. Que toma los segundos y los estira para que parezca una eternidad cuando no estás.  Es curioso mi reloj, como va acorde mi corazón. Como se detiene a la misma vez que mi corazón, cuando desde la habitación oigo sonar el teléfono. Tick, tick, tick. Nunca me falla, sabes, siempre anda contando los minutos de mi tristeza. Que cruel mi reloj que no se detiene y me deja respirar. Que no me da el tiempo para asimilar que ya no estás. Tick, tick, tick. Desde que te fuiste es el único que me hace compañía. No deja nada sin contar. Tengo un reloj y si me lo acerco al oído podría jurar que susurra, ya no está. Tick, tick, tick….