Han tenido alguna vez uno de esos dÃas, de esos en los que nada particularmente malo ha pasado pero aún asà te sientes triste. Es como si la tristeza de todo un año se acumulara en un solo dÃa. Y hasta las cosas más insignificantes te hacen llorar. Es más, te pasas todo el dÃa con esa sensación de estar a punto de llorar. Con un nudo constante en la garganta. Te sientes como si cargaras el peso del mundo sobre tus hombros. Y al final del dÃa llegas a tu casa, apartamento o cuarto y te tumbas en la cama, con unas ganas inmensas de quedarte en ella por lo menos un semana. Cuando de pronto algo se alinea y la cosas cambian. Con una llamada que te hace sonreÃr, con el mensaje de alguien diciéndote que importas, con la risa de alguien que amas al otro lado del teléfono o con la memoria de un bueno recuerdo. Tenia una amiga que siempre me decÃa: “Piensa en las cosas bonitas cuando en un dÃa como hoy te pasen cosas malas” que mucha razón tenia. Asà que, a ti que me estas leyendo cuando te pesen lo dÃas y la angustia llene tus dÃas piensa en la cosas bonitas. Créeme, siempre existe algo que nos hace sonreÃr. Para mi fue una llamada y ¿para ti?
Mi Guitarra.
March 22, 2012
"Tengo un guitarra que ya no uso. Alguien hace algún tiempo me la regalo. Sus cuerdas rechinan cansadas de esperar que alguien las haga sonar. Mi guitarra descansa en un esquina en mi cuarto, al igual que me sueños de tocar. Algunos dirán que representa todo aquello que deja pasar. Si pudiera hablar contarÃa todas las veces que toque para sanar. Mi guitarra es mi amiga en esos momentos de pesar. Y lo curioso es que nunca aprendà a tocar."
Una historia para SofÃa.
March 20, 2012
HabÃa una vez hace ya algún tiempo, una niña llamada Alma. Alma solÃa sentarse en el árbol más alto cerca de su casa a mirar las estrellas. Siempre pensando cómo le gustarÃa volar. Alma tenÃa un espÃritu libre y cada persona que la conocÃa no podÃa evitar querer estar a su lado. Ella corrÃa en su traje de flores por el jardÃn cantando viejas canciones de Los Beatles. Curioso y algo extraño en una niña de 12 años. En uno de esos dÃas en los que Alma andaba subida en el árbol vio como en la casa de al lado se muda una nueva familia. Alma emocionada con la posibilidad de que tuvieran una hija con quien ella pudiera jugar, corrió a contarle a sus padres. “Lo siento Alma, pero no es una niña si no un niño quien se muda a la casa de al lado” le contesto su madre cuando Alma les conto la noticia. Está un tanto decepcionada volvió a subirse en el árbol a ver como de a poco la familia hacia suya la casa de al lado. Allá arriba en el árbol comenzó a ver como sus nuevos vecinos bajaban sus cosas. Un niño alto, algo flacucho y descoordinado los ayudaba. En cuanto lo vio sus estomago comenzó a hacer cosas raras y su corazón corrÃa mas rápido de lo normal. Asustada pensando que algo andaba mal con ella corrió a donde su madre. “¡Mamá, Mamá!, algo anda mal” “¿Que sucede cariño?” le pregunto la madre preocupada. “No me siento bien, mi barriga esta haciendo cosas raras y mi corazón late demasiado rápido. Creo que algo grave me pasa. ¿Será que mi corazón me va a explotar?”, le pregunto Alma con lagrimas en sus ojos. “¿Que hacÃas mientras que comenzaste a sentirte mal?”, le pregunto la madre sonriendo. “Estaba viendo a los vecinos bajar sus cosas y cuando vi al niño nuevo todo comenzó. ¿Será su culpa?”, Alma no entendÃa porque su madre sonreÃa cuando ella se sentÃa mal. “No te preocupes Alma, ya entenderás”, contesto su madre mientras se volvÃa a lo que estaba haciendo. Alma, dolida con su madre, corrió hacia su cuarto y se tumbó en la cama a llorar. ¿Cómo era que su madre no le importaba que ella se encontrara enferma? ¿Qué pasaba si empeoraba? Era casi como si mariposas bailaran en su barriga y sentÃa su respiración acelerarse junto con su corazón. Alma, concentrada en todo esto, no se dio cuenta que ya no se sentÃa mal y aún no asociaba sus “sÃntomas” con el nuevo niño. Esa noche Alma casi no durmió pensando en el niño de al lado y en como cada vez que lo hacia sus “sÃntomas” empeoraban.
“Abuela, ¿Qué paso con Alma?, pregunto SofÃa. ¿Siguió enferma?” La abuela de SofÃa sonrió y le contesto, “Esa es una historia para otro dÃa, ya es hora de dormir.” SofÃa, aunque algo decepcionada, asintió. “La niña del cuento, Alma, tiene tu mismo nombre abuela. ¿Eres tu?”, pregunto SofÃa ya casi dormida. “Quizás”, contesto la abuela apagando la luz.
*Continuará…
Y mañana serán vientitrés
March 15, 2012
Mañana es mi cumpleaños número 23, aunque secretamente le diga a la gente que cumplo 19, y aquà estoy un dÃa antes reflexionando sobre estos 23 años. Tanto que ha pasado, tanto que he cambiado y como a veces me resulta difÃcil creer que este donde este ahora mismo. La vida me ha llevado por caminos que jamás me imagine caminar. A mis 23 años escribo historias de amor aún cuando no he descubierto la mÃa. Veintitrés años de sonreÃr, llorar, crecer, conocer, descubrir, perder, dejar ir, comenzar…En este último he conocido a gente tan maravillosa, tan acorde con mis pensamientos. He aprendido que las cartas aún no están perdidas y que allá fuera todavÃa existe gente que cree en lo mismo que yo. Descubrà que me falta mucho por hacer, que estoy comenzando aún cuando a veces se sienta que llevo años haciendo lo mismo. Tengo que decir que llevaba mucho tiempo buscando aquella cosa en lo que fuera buena, aquello que cuando la gente me preguntara ¿Qué haces? Yo pudiera contestar, la respuesta es Escribo. Aunque soy una psicóloga forense en progreso, eso que me hacer ser es la escritura. Y por medio de ella he conocido a tres personas maravillosas: Yésica Isabel, Shirley y Yesenia. TodavÃa me sorprende como la tecnologÃa llego a unirnos, como tenemos esta conexión increÃble que ninguna puede explicar. Por ellas descubrà que hay personas que me leen, que cuando escribo toman un poco de su tiempo para dejar un mensaje de aliento. ¡Gracias chicas! Quizás no lo sepan pero han hecho la diferencia. Tengo que decir que dentro de todo fue un buen año, un año en que me convertà en tÃa por primera vez y pude sentir como es amar a una persona tan pequeña tanto. Como es ver el fruto de tu trabajo.De soñar, de ver como esos sueños se hacen realidad y otros van tomando su lugar. Asà que, mañana serán veintitrés…otro año que se va y otro que comienza.
Dejarte ir.
March 2, 2012
Dejarte ir es lo más difÃcil que he hecho en mi vida. Poco a poco borrar tus recuerdos de mi mente pero no de mi corazón. Hacer cajas de recuerdos y esconderlas en el armario más obscuro. Recoger aquella camisa que olvidaste, y que aún duermo con ella, y meterla en la caja que tiene escrito “cosas de él”. Curioso como aún la puedo sentir rozando mi piel aunque la caja la entregue hace tiempo ya. Como mi almohada tiene el olor de tu perfume aún cuando te dije adiós hace meses. Como puedo ver los fantasmas de la cosas que dejaste aquÃ. Y aún cuando decidà dejarte ir mi corazón se niega a aceptarlo. Dejarte ir es como cuando estamos tratando de aguantar un paraguas en medio de una tormenta. Lo aguantamos aún cuando ya no queda mucho de el y por ultimo lo dejamos ir porque te das cuenta que solo quedas tu aferrándote a el. Mi mente es el viento cruel que se empeña en llevarte lejos y mi corazón las manos que aún se aferran al paraguas roto. Y me pregunto cómo fui que llegue aquÃ. Cual fue la salida que deje pasar. Y mi corazón traicionero se pregunta si para ti también fue difÃcil. Si te sientas en tu nuevo sillón a pensar en mÃ. Dime, ¿Por qué estamos aquÃ? ¿Dónde fue que no equivocamos? ¿Cómo dejar ir si aún nos amamos? Dejarte ir conlleva usar hasta la última gota de energÃa. Es arrancarte de mi corazón teniendo cuidado de no dejar cicatriz, pero como hacerlo si tu y el son uno. Dejarte ir conlleva dejar ir un parte de mÃ. Dejarte ir…qué difÃcil es.
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