La posiblilidad de lo nuestro.

Mi Sócrates contemporánea, así era como me llamabas. Siempre que te llamaba contestabas el teléfono con un, hola bella. Extraño la manera en que me veías, la manera que pensabas que era. Extraño la imagen que tenias de mí. Aun cuando solo fuiste una posibilidad, un quizás, te extraño. Fuimos como una semilla que se siembra pero nunca llega a florecer. Una idea sin llevar a cabo. Tres años después me siento y te pienso. Me siento y me pregunto que hubiera sido. Que hubiera pasado de yo haber dicho sí. Me siento e imagino mi vida si te hubieses quedado en ella. Imagino la posibilidad de nosotros, la creo. ¿Y sabes lo triste? Nos puedo ver siendo felices, amándonos, nos puedo ver como más que una posibilidad como algo concreto, real. Imagino los sitios a los que me llevarías, la risas que nunca fueron, lo besos que solo fueron imaginados, los abrazos que nunca llegaron a ser. Te recuerdo cuando planeabas llevarme a Nueva york, como decías que veríamos la ciudad y beberías vino sentados mirando las estrellas. Te veo como una posibilidad tan real que me deja triste. Puedo ver lo que puedo ser y nunca fue. Fuiste ese sueño que nunca se cumplió. Imagino las memorias que hubiésemos creado, las fotos de nosotros que nunca fueron tomadas, los momentos que nunca nacieron. Aún puedo sentir el escalofrío que recorría mi cuerpo cuando me susurrabas poesía al oído. Y me pregunto, ¿Por qué de lo nuestro no nació un amor? ¿Por qué nunca fuimos algo más que una posibilidad? ¿Por qué no nos mantuvimos? Y ahora, ¿en qué te convertiste? En un recuerdo incompleto, en una historia sin final, en una historias que en realidad nunca comenzó. Tres años después, te pienso y me pregunto…

Una respuesta honesta.


En el fin de semana una amiga me pregunto que quería de la vida. Por momentos no supe que decir, tengo que admitir que por un momento mi respuesta automática iba a ser no sé, la realidad nunca nadie me había hecho esa pregunta.  Cuando finalmente conteste le hice con palabras simples como un trabajo, casa, algún día esposo  e hijos. Aunque no existe nada malo en querer estas cosas sentí como si en vez de contestar a su pregunta respondí a otra totalmente distinta, ¿Qué espera la gente de ti? Como mi amiga se merece un respuesta honesta, se que la espera, decidí escribir este post.  ¿Qué es lo que quiero de la vida? Quiero equivocarme porque solo así voy a aprender.  Quiero enamorarme y que me rompan el corazón porque solo asi voy a aprender la diferencia entre el amor y la ilusión. Quiero hacer cosas porque quiero sin tener razón alguna. Quiero tener días llenos de aburrimiento para aprender a apreciar los días llenos de aventura. Quiero hacer tareas aburrida, como limpiar ventanas, porque en ellas encuentro la magia del mundo. Quiero tocar fondo para aprender a levantarme. No quiero nunca dar por sentado las cosas. Quiero llorar por una película porque de alguna forma pude sentir lo que sintieron los personajes. Quiero bailar hasta que me duelan los pies. Quiero aprender algo nuevo cada día. Quiero escribir porque la vida no tiene sentido si no lo hago. Quiero leer un libro en solo horas porque me es imposible parar de leer. Quiero reírme porque no puedo evitar hacer otra cosa. Quiero escuchar mi canción favorita en la radio y cantarla a todo volumen.  Quiero tener veranos llenos de sol y mar, de días libres.  Quiero capturar momentos con mi cámara. Quiero tener trabajos con paga mala para poder apreciar el valor del dinero. Quiero continuar recibiendo cartas por correo porque en ellas está la magia del mundo.  Quiero emocionarme por simples detalles y nunca quiero dejar de hacerlo. Quiero presenciar cosas tan increíbles que se me paren todos los pelos y no pueda evitar sonreír.  Quiero tener siempre la oportunidad y las ganas de salir a fuera y sentarme en la grama a ver las estrellas. Quiero encontrar mi verdad. Quiero cambiar de opinión millones de veces porque sé que puedo.  Quiero nunca dejar de creer. Quiero escribir en mis pantalones o brazos porque no tenía un papel a la mano y la idea no se puede dejar ir. Quiero extrañar porque solo así me daré cuente de qué tengo en mi vida. Quiero tomar riesgos. Quiero conocer el mundo.  Quiero nunca perder la pasión por las cosas que hago. Quiero nunca perder la sonrisa. Quiero tener el valor para hacer aquellas cosas que más temor me dan.  Quiero escribir sobre mí, sobre ti o sobre el mundo, sobre posibilidades. Quiero encontrar un quote que me encante y no poder evitar escribirlo. Quiero siempre poder encontrar mi musa en la música. Quiero poder escribir un libro.  Quiero muchas cosas porque ¿saben qué? Tenemos la posibilidad de quererlas y nadie no puede decir lo contrario.  Pero sobre todo quiero vivir y amar porque como dice una amiga nadie lo hará por mí.  
*A ti amiga, gracias por hacer la pregunta y aquí está tu respuesta.

Y el reloj corrió más lento, literalmente.

Alguna vez han sentido la necesidad imperiosa de no hacer nada en todo el día. De simplemente quedarte en la cama y comer comida chatarra. Y no estoy hablando de los domingos, que es cuando normalmente “descansamos”, y pongo descansamos entre comillas porque la realidad es que nunca descansamos. Los domingos usualmente limpiamos y alguna parte de él lo usamos para descansar. Pero no es de esto de lo que estoy hablando, si no de sacar un día en medio de la semana y hacer absolutamente nada. Bueno, pues eso fue lo que hice hoy. No fui a ninguna de mis clases, y estuve en mi cama hasta las dos poniéndome al día con mis series favoritas.  Y lo curioso es que la gente no está acostumbra a que hagamos esto. Recibí múltiples mensajes de amigos preguntándome si me encontraba bien o estaba enferma y cuando les contestaba que no, que solo quería un día libre para relajarme nadie me entendió o me preguntaban para que. Realmente pensaron que me pasaba algo y lo estaba ocultando, cuando la realidad es que simplemente no quería hacer nada hoy. Quise por un día disfrutar de esté sin el ajetreo que siempre trae.  Quise poder levantarme a las 11 y estar en la cama hasta las 2 porque simplemente quería hacerlo. Quise no querer cocinar y solo comer comida no saludable. Quise estar todo el día viendo televisión y haciéndole cambios a mi blog. Quise hacer con mi día lo que me diera la gana (perdonen la expresión). Quise por primera vez en mucho tiempo no planear mi día y levantarme sin la menor idea de lo que iba a hacer. El tiempo va tan deprisa y hacemos tantas cosas a la vez que ya no disfrutamos de nuestro día.  Así que mientras puedo saco de vez en cuando un día para hacer absolutamente nada.  Se puede decir que esto me mantiene cuerda en el caos que se ha convertido nuestras vidas. Y quizás no lo entiendan, quizás piensen que estoy loca por desperdiciar un día entero pero saben que les digo, ustedes se lo pierden porque no hay nada en el mundo como hacer absolutamente nada en todo el día. ¿Y saben lo que descubrí?  Que cuando pones los frenos y decides tomar las cosas con más calma y alivianar la carga, el tiempo realmente no corre tan deprisa. Es bueno a veces simplemente hacer la cosas porque queremos, sin la necesidad de tener un excusa.

Un cristal: Y se hizo historia


Cuando comencé la Universidad, casi siempre iba a almorzar a la pizzería que había justo al frente. Recuerdo que siempre me sentaba en la mesa que estaba junto al cristal para poder ver la gente que pasaba por allí. Y no pasaba un día en el que preguntara la historia de los que pasaban por allí. Siempre me dio curiosidad saber a dónde iban todas aquellas personas que pasaban frente aquel cristal. Pasaba horas sentada en aquella mesa viendo pasar a las persona y haciendo historias sobre su vida en mi cabeza. Fue allí donde nació o mejor dicho donde tome la decisión de escribir un libro, la verdad la idea llevaba mucho tiempo en mi cabeza solo que no me atrevía a contemplarla, de escribir sobre la historia de los muchos personajes que existían en mi cabeza. En esos días, la verdad aun lo hago, por la noches no podía dormirme sin crear una historia en mi cabeza o al menos una escena. Siempre he leído, es uno de mis pasatiempos favoritos, y siempre pensaba que nunca podría escribir algo tan organizado y esquemático como los son los libros. En esos primero años aprendí que con la práctica no hacemos mejor y ahora cinco años después no seré la mejor escritora pero tampoco soy aquella chica que no tenía la confianza de escribir sobre lo que creía. La verdad he comenzado a escribir mi libro múltiple veces y tengo varias escenas ya escritas, sin ningún orden, pero poco a poco va tomando forma. Y aun cuando han pasado varios años y estoy en otra Universidad aun sigo imaginando las historia de las personas que pasan juntos a lo cristales. En uno de los muchos libros que he leído encontré una cita que describe todo lo que he dicho y dice así: “ Every story is part of a whole entire life, you know? Happy and sad and tragic and whatever, but an entire life. And books let you know them.” Eso es lo que yo quiero que mi libro les haga sentir cuando lo lean, que estén viviendo la vida entera de una persona. Que mis personajes se vuelvan sus personajes. Que para ustedes sean tan reales como a veces lo son para mí. Una vez alguien me dijo que no podía escribir un personaje si no lo trataba como una persona real y tenía razón. De cierta forma ellos existen, al menos en mi cabeza y espero que algún día existan en la suya. ¿Y lo curioso? Todo comenzó en una cafetería y una mesa que queda junto al cristal.

Amarte.


A veces me pregunto cuándo te volviste una variable constante en mi vida. Cuando mis momentos comenzaron a volverse mágicos solo porque tú estabas en ellos. No recuerdo el momento exacto en el que comencé a amarte, fue una de esas cosas que van entrando a tu vida tan de a poco que no te das cuenta hasta que ya estas sumergido en ellas. Amarte fue así, te fuiste metiendo en mi corazón  de a poco, tan lento y silencioso que no me di cuenta hasta que estabas ya allí, hasta que me di cuenta que mi corazón te pertenecía completamente.   Y no me arrepiento, amarte fue lo mejor que me pudo haber pasado. Tú me enseñaste la importancia del momento, me enseñaste a creer en la magia del mundo. A veces me siento a mirar nuestras fotos y me pregunto si para ti fue igual. Si amarme fue magia para ti, si fue de a poco y sin darte cuenta. Amarte me hizo recordarme a mí misma. Amarte hizo que los días no fueran del mismo color siempre. Amarte fue conocer cosas de mí que no sabía. Fue levantarme todos los días con una sonrisa y aún cuando ahora ya no estás mi sonrisa sigue ahí. Fuiste tú el que me enseñaste a sonreír de nuevo. Espero que tus sigas sonriendo igual. Que aún tengas esas ganas de comerte al mundo y sigas irradiando la clase de luz que no puedes evitar seguir.  Muchas veces me sentí orgullosa de decir que eras mi luz.  Y aún me siento triste porque ya no es a mí a la que le enseñas los colores de la vida, has dejado una huella en mí, una que ni mil años podrán borrar. Me has hecho seguir creyendo en la clase de amor que tuvimos algún día.  Amarte fue darme cuenta que aún podía hacerlo.  Amarte fue darme cuenta que todavía hay esperanza y que no todo está perdido.  Amarte fue ser yo misma después de muchos años. Amarte fue y sigue siendo la razón por la aún estoy aquí.  Amarte tuvo sentido sin razón.

Silencios....


A veces vuelvo a releer mis escritos y en ellos vuelvo a descubrirme a mí misma. En ellos puedo descubrir cosas de mí que no sabía.  Releo mis palabras y descubro nuevos sentimientos.  Se puede decir mucho de una persona cuando lees lo que escriben. Muchas veces releyendo lo que escribimos podemos encontrarle nombre a aquellas cosas que sentimos pero no entendemos.  Las palabras son un poco de nuestra alma que se trasmite en simples palabras y muestra un poco de lo que existe en nuestro interior.  Somos lo que escribimos, los que decimos y pero también somos los que callamos. Comencé este blog con la intención de compartir con ustedes esos silencios que a veces dicen más que mil palabras, los silencios cómodos llenos de sonidos desconocidos, silencios mágicos.  Muchas veces no hace falta decir nada porque nuestro silencio lo dice todo.  La gente siempre habla de palabras pero muy pocos hablan del silencio. Quizás porque es en el silencio que escuchamos nuestros más profundos pensamientos y a veces no los queremos escuchar. Que a veces para muchos el silencio es incomodo porque sienten la necesidad de llenarlo con palabras, porque da menos miedo decir algo equivocado a no decir nada. El silencio es magia porque cuando callamos podemos oír el mundo pasando a nuestro alrededor, y no hay nada en el mundo como compartir el silencio con alguien.  Callar y escuchar el sonido de la respiración de la persona a tu lado. Callar y escuchar el sonido acelerado del corazon de la persona a tu lado. Callar y decir en silencio las cosas que no nos atrevemos a decir a gritos. Callar y escuchar con el corazón. A veces el silencio es como dijo Leroy Brownlow: “A veces el silencio tiene la voz más fuerte”.

Vivir: Cuando ya no hay tiempo.

Todos alguna vez en la vida hemos hecho una lista. Para el supermercado, la universidad, para un viaje, incluso de cosas que tenemos que hacer. Algunos hacemos listas de cosas que queremos hacer antes de morir. Ayer mi prima me recomendó una película, ella siempre acierta con las películas, así que rápidamente comencé a verla.  La protagonista de la película tenía una lista y tenía que terminarla antes de que se acabara el mes de abril. Ese detalle de la película me puso a pensar, a veces esperamos hasta que es muy tarde para hacer lo queremos.  Hacemos la lista pero la dejamos para cuando tengamos tiempo. Esperamos tener una excusa o más triste esperamos a que sea demasiado tarde. Decimos “no, mejor lo hago mañana, todavía hay tiempo” y así pasan los días y nuestra lista se queda encima de nuestro escritorio esperando a cumplirse. Creemos tener el tiempo del mundo para hacer realidad nuestros sueños, cuando la realidad es que no sabemos cuánto tenemos.   Hacemos la lista de las cosas que queremos hacer antes de morir pero la mayoría de las veces se queda solo escrita en un papel, sueños y metas sin cumplirse. Tenemos la idea equivocada de que tenemos que tener una excusa para hacer realidad nuestros sueños, metas o a veces cosas tan pequeñas como dar mil abrazos.  Y les digo algo, la realidad es que no necesitamos tener una excusa para vivir, porque eso es lo que estamos haciendo cuando cumplimos nuestros sueños, vivir.  En la película me encontré con un quote que me gusto mucho y lo quiero compartir con ustedes, dice así: “No sé si estamos aquí para ser felices pero si se que estamos aquí para vivir.” Así que escriban la lista de su vida pero más importante háganla realidad y en hacer eso estarán viviendo.  

*Gracias Eileen por tu recomendación…te dije que había inspirado un post :)
* La película se llama Te presento a Laura.