107. Dos horas de fila. 20 dólares. Allà estaba yo, una turista más esperando subir los 107 pisos. Esperando poder ver la vista desde allÃ. A mà alrededor se escuchan diferentes idiomas, unos conocidos y otros no tanto. Niños corretean cerca de sus padres. Mi primito me pregunta cuánto falta. Mi tÃa trata de entretenerme contándome una historia que ya no recuerdo. Mi corazón late con fuerza, allà estoy yo, a solo 107 pisos de ver a Nueva York desde el punto más alto. Solo tres palabras, Empire State Building, sonrÃo. La pareja detrás de mà se pregunta en otro idioma cuanto más vamos a tardar. La fila se va moviendo, lentamente pero lo hace. Mi tÃa comienza a charlar con otros puertorriqueños que también están de visita. Yo estoy demasiado distraÃda para aportar a lo que hablan. A mi alrededor tantas culturas, tantas persona que viajaron desde tan lejos solo para ver esta ciudad. Que pagaron 20 dólares para subir 107 pisos a la vista más hermosa de la ciudad. Tantas personas como yo. Poco a poco nos vamos acercando al ascensor que no llevará hasta allÃ. Alguien nos pregunta si queremos que nos tomen una foto por solo 15 dólares, declinamos. Solo 5 personas más y es nuestro turno. El ascensor por fin llega, uno a uno vamos subiendo a el. Jadhiel me aprieta la mano, algo nervioso al igual que yo. Se pasan 50 pisos en solo segundos, 50 más, estamos cerca. Piso 107. Se abren las puertas. Jadhiel me dirige con rapidez hacia el balcón. Y allà esta, Nueva York, desde el piso 107. Como describir ese sentimiento de infinidad, de magia. Jadhiel me dice con la emoción que caracteriza a los niños: “desde aquà se puede ver todo”. Y es cierto, cada edificio, cada taxi, cada puente, cada calle. El cielo está lleno de nubes, sopla una brisa frÃa. Saco mi cámara y comienzo a inmortalizar el momento. A capturar cada momento, cada vista. La ciudad parecÃa mágica, misteriosa, llena de colores. A lo lejos se podÃa ver el viejo puente, allá hasta Brooklyn. Se pueden ver los arboles de Central Park. El aire se respiraba más puro. Jadhiel no deja de sonreÃr. Y allà 107 pisos sobre el suelo, lo supe, que algún dÃa volverÃa. Y ya no serÃa un turista más.
*Continuara….
Loveeeeeee it*
ReplyDelete