Las estrellas de Charlotte


Dos blogueras se juntan para escribir esta nueva historia. La historia de las estrellas de Charlotte. Este color pertenece al texto escrito por Yésica del blog Hilo Rojo. Este color, en tanto, pertenece al texto escrito por Zitmarie del blog Silencios Compartidos. 

Gracias por leernos!!*
Zit & Yés



Se hacen de pronto las diez. Como siempre, la alarma de mi móvil insistió una continuidad de veces para lograr despertarme. Últimamente, no es hasta la quinta alarma que lo logra. Ayer en la noche llegué a Charlotte y me había propuesto que no podría levantarme más tarde de las nueve aunque a estas horas del día no recuerdo el porqué. Definitivamente, el día no comenzó como esperaba. Miro por la ventana de cristal de la que mi madre colgó un adorno navideño hace exactamente un año. Afuera todo sigue igual, como si un año no se me hubiese escurrido entre los dedos. Como si nada tan terrible hubiese pasado. Como si mi vida fuera la misma de hace más de trescientos días atrás. Vil mentira. Ya nada es igual. Me asusta de pronto la canción de Augustana. Sonrío. De nuevo mi móvil me ha salvado. Es el cumple de Emma y es ella quien llama.
“Gracias al cielo que has llamado”-le digo. De repente olvido que es su cumpleaños. “Estaba a punto de marcarle”.
“¿Marcarle?”-casi gritó. “Ahora me alegro de haber llamado, aun cuando debías ser tú la que llamaras. Es mi cumpleaños sabes”.
Suelto una carcajada. Solo Emma puede hacerme reír en momentos como este. Mis pensamientos vuelven a aquel día. Hace poco menos de un año. Él. Yo. Y aquellas terribles palabras. Tan rápido como llegaron los aparto y me enfoco en Emma.
“Cómo olvidar que es tu cumpleaños. Sólo pensé que tú, de entre todas las personas, no estarías despierta a estas horas”.
“Es el único día que puedo hacer una excepción, pero no trates de cambiar el tema. ¿Cómo que estabas a punto de marcarle? ¿Te has vuelto loca?”
Suspiro. Cómo explicarle que hay días en los que me levanto con unas ganas inmensas de marcarle. De escucharle. De verle. Unas ganas casi físicas. ¿Estará en lo cierto Emma? ¿Se habrá vuelto loca? Otro suspiro, ya nada parece ser lo que parece.
“Al parecer, sí, me he vuelto loca.”- le digo suspirando. Estos días pareciera que lo único que hace es suspirar.



-Las estrellas de Charlotte© 2012

Una última foto.


Hoy rompí nuestra primera foto. Era la única que quedaba. ¿Te acuerdas de ella? Apenas y todo comenzaba. Sonrisas tímidas. Distancia de cuerpos. Manos temblorosas. ¿Recuerdas? Alguien dijo, ¡foto! y nos miraron. Y nosotros no levantamos como quien no quiere, pero en realidad se muere por hacerlo. Yo te susurre no me gustan las fotos, aunque más adelante le pidiera a tu madre un copia. Tu dijiste es solo una, anda, para las memorias. Y como decirte no. Quien iba a pensar que esa sería la última foto que quedaría. Bueno, que quedaba. Lo último que quedaba de nuestra historia.  Y si, lo dude. Por un momento quise guardarla. Para las memorias, como dijiste, pero la cosa es que yo no necesito una foto para recordarte. Para memorizarte. Ya te tengo ahí, si ahí, en el corazón. En la cabeza. En la piel. Tengo memorizado como exactamente es de suave tu piel. La medida exacta de tus manos. La distancia entre tu boca y ese lunar que tanto me encanta. Perdón, me encantaba. Porque ahora hay que hablar en pasado, ¿verdad? Pero que digo, si se supone que no hablemos. Punto. Ni en pasado, presente o futuro.  Pues sí, hoy rompí nuestra primera y como resulto ser nuestra última foto. ¿Qué si fue difícil? ¡Joder! No tienes idea, pero había que hacerlo por las memorias, ¿no?