En solo un año.


A solo dos días que este año termine, me siento y lo contemplo. Tantas cosas han pasado. Tantas amistades perdidas, recuperadas y  tantas nuevas. Tantos sueños sin cumplir y otros tantos ya cumplidos. Tantos cambios ocurridos, la mayoría dentro de mí. Me siento y revivo cada memoria, cada sentimiento, cada palabra. Tengo que decir que no sigo siendo la misma de cuando comenzó pero a la misma vez los soy. Tantas personas increíbles que conocí en este año, al igual de las muchas que dejaron de formar parte de mi vida. Este año descubrí que allá fuera existen personas que entienden, que escuchan, que no son tan diferentes a mí.   Descubrí que podía ser más de lo que imaginaba, que podía lograr lo que quisiera si me lo proponía.  A solo días de despedir este año, me lleno de melancolía por las cosas que no pasaron y de alegría por las cosas que si lo hicieron.  Nunca pensé estar donde estoy ahora ni sentir lo que siento y esa fue la magia de este año. Tantas cosas me tomaron por sorpresas. Tantas sonrisas, tantas lagrimas, tantos suspiros, tantos recuerdos en tan solo 365 días. Este año se me fue de las manos sin notarlo, sin darme cuenta.  Y ahora, me siento en mi habitación e intento en tan solo algunas palabras describir lo que fue este año para. Fue mágico, misterioso, sorpresivo, doloroso, lleno de cambios, de historias, de recuerdos.  Este año descubrí una parte de mí que no conocía, mejor dicho que tenía miedo a conocer.  Este año me sentí libre por primera vez en mucho tiempo. Cerré capítulos y abrí otros.  Descubrí el arte de poder decir lo que siento en algunas palabras.  Me sentí viva, libre, feliz. Me siento aquí y me doy cuente que este año hizo todo la diferencia del mundo. Este año marco un nuevo comienzo. Tengo que decir que no me arrepiento de nada de lo que paso en este año, después de todo me trajo hasta aquí. A ti que me lees, espero que tu año haya sido mágico y si no lo fue espero que este próximo lo sea. Que nunca estés demasiado ocupado para leer un buen libro, para sentarte a escuchar música o sentirte libre. Que puedas sentir la sensación de que perteneces, de que importas, de que vales. Que en tu mundo siempre haya magia y amor. Que existan personas en tu vida que entiendan y que escuchen.  Les deseo lo suficiente, ¡Feliz año nuevo!

Post Data. "New Year's eve is like every other night; there is no pause in the march of the universe, no breathless moment of silence among created things that the passage of another twelve months may be noted; and yet no man has quite the same thoughts this evening that come with the coming of darkness on other nights"  - Hamilton Wright

Mi lista de navidad♥

Faltan solo dos días para navidad. Tengo que decir que es mi día favorito del año. Así que decidí hacer una lista de lo que me gustaria que este debajo de mi árbol de navidad.

1. Kindle Fire
2. April & Oliver by Tess Callahan
3. Legend by Marie Lu
4. Ricardo Arjona- Independiente♥
5.Tengo ganas de ti- Federico Moccia

*Lo se, lo se casi todo son libros o algo relacionado con libros pero no lo puedo evitar :). Y a ti, ¿que te gustaria ver debajo de tu árbol?

Post Data. Ya yo recibi mi regalo de navidad, que tengo que decir sobrepasa toda esta lista pero no pude evitar hacerla. Quien sabe quizas reciba una sorpresa. Feliz Navidad!

Una noche, sí, mágica


La noche esta mucho más fría que en mi país. Las calles mucho más llenas. Es diciembre, así que casi todo tiene adornos de navidad. Parece algo irreal que este caminando estas calles contigo. Cuando siempre pensé que sería solo una historia no contada en mi cabeza.  Me siento más liviana, más real. Levanto el rostro y cierro los ojos, sin poder evitar sonreír, sin poder evitar sentirme libre. Caminamos las calles de mi ciudad favorita, tomados de la mano como si no tuviéramos un solo problema en el mundo. Nos perdemos. No importa.  Estoy segura que nuestras risas se escuchan por toda la ciudad. Y quisiera quedarme justo en este momento. Detenerlo y nunca dejarlo ir. Me conformo con gravarlo en mi memoria para siempre. Esa noche de diciembre, esa perfecta noche. El gran árbol en la calle 50, un primer recuerdo. Y las calles ya conocidas toman otro sentido y ya no se ven igual.  Y se crean en mi cabeza miles de historias que podrían ser la continuación de esta noche.  Y por un momento parece que solo somos tú y yo. Quizás por una noche.  Y pienso que pensaran las personas cuando nos ven. Se darán cuenta de que estamos creando recuerdos. Nos verán igual de felices de cómo nos sentimos. Que no somos sino que queremos ser. Por esa noche no existen dificultades, ni distancias, ni verdades a medias, somos tú y yo. Por esa noche soy otra persona y tú también lo eres. Y no puedo evitar pensar si durará.  O si mañana volveremos a ser las mismas personas de siempre. Solo sé que pueden pasar años y todavía recordaré aquella noche en que recorrimos la ciudad de la mano y por un momento creímos que duraría. Sí, ciertamente una noche mágica.

El extraño en mi mesa.

      Llevo días sentada en una mesa desconocida, mirando como el extraño de ojos azules ocupa mi mesa. Aún sigo escribiendo finales felices para alguien más, mientras espero por lo mío. El extraño mira a su alrededor buscando a alguien o algo. Yo me siento en otra mesa sin saber qué hacer.  Me pregunto a quien o que busca. Y la parte ilusa de mi corazón se pregunta si es a mí. Si busca lo mismo que yo. Noto que aún sigue ordenando lo mismo pero que digo yo, si yo también lo continuo haciendo. Se levanta y yo desaparezco detrás de mi computadora. El extraño vuelve a mirar a su alrededor y por unos segundos sus ojos reposan en mi mesa. Cuando vuelvo a levantar la mirada ya no está y en su lugar, en mi silla de siempre, descansa una bufanda de rayas rojas y negras.  Me levanto y camino hacia ella. Tengo un miedo absurdo a tocarla pero aún así lo hago. La acerco a mi nariz, huele a él, aunque parezca improbable que reconozca su olor. Esa noche duermo con la bufanda debajo de mi almohada. Al día siguiente mi mesa de siempre esta vacía, me dirijo hacia ella.  En mi bolso esta la bufanda, la saco sin saber aún porque. Escucho las campanas de la puerta, me tenso esperando escuchar su orden. En su lugar lo escucho decir: La deje con la esperanza de que fueras tú la que la encontrara

Nueva York en diciembre.


No recuerdo cuando tome la decisión. Solo sé que una amiga me comento la idea y se implanto en mi cabeza de tal manera que  tuve que hacer algo al respecto.  Saque el pasaje sin contemplarlo, sin pensarlo mucho, para no arrepentirme.  Así que allí estaba yo, vuelo 648. 9:10 am. Viajando sola por primera vez. Rumbo a Nueva York en diciembre. Mi Nueva york. Al aterrizar tuve que caminar 20 largos minutos con un bulto que pesaba un poco más de lo podía cargar y no me importo. Esperando mi maleta me doy cuenta que he vuelto. Que estoy en Nueva York en Diciembre. Mi mes favorito y mi ciudad favorita, juntos. Al salir con maleta en mano siento el frio, mucho más del que estoy acostumbrada. Aún así el aire se siente más puro, más limpio y no pude evitar respirar hondo.  Mi ciudad seguía igual y a la vez tan diferente. Los arboles ya no tienen hojas y el azul del cielo no es tan intenso como la última vez. Sentí como si no me hubiese ido y vuelvo a recordar cada detalle, como si no hubiera pasado un año y medio sin verla.  No puede evitar sonreír.  La ciudad tiene algo que me hace feliz con solo estar en ella. Como explicar la sensación de estar de vuelta. De volver a tener la oportunidad de caminar sus calles. Si hace dos años atrás ni siquiera creía que fuera a tener la oportunidad de visitarla y ahora allí estaba yo por segunda vez.  Nueva York en diciembre es mágico, misterioso, hermoso.  Es como entrar a cuento de hadas. Cada árbol tiene luces y por la calles caminan cientos de Santa Claus y duendes.  El gran árbol en la calle 50 y las personas patinando en una tradición de miles de años. La navidad allá se siente tan diferente, tan viva, tan real.  Y alguien me pregunta: ¿no se siente raro, volver?  Y yo le contesto: no, fue como volver a casa.