Llegas y te vas.

Llegas, no en los días tristes, no. Llegas en los días felices. Llegas y te entremezclas entre las sonrisas y las risas. Llegas y te mezclas en las conversaciones más triviales. Llegas y de pronto estas ahí en medio de mis historias. Llegas en  los días soleados mientras tomo una cerveza con mis amigas. Si, de pronto estas ahí. Te entremezclas entre los bailes, las fotos y las canciones en la radio. Estas ahí mientras veo mi película favorita o cuando tengo a todo volumen el radio del coche. Estas en las cenas de navidad y en el conteo regresivo para el año nuevo.  Llegas y de pronto estas mientras preparo la cena. Estas cuando me preguntan qué hay de nuevo en mi vida. Llegas y te cuelas entre las 7:47 y las 7:48. En ese momento entre estar despierta y dormida. Estas, entre las páginas 14 y 15 de mi libro favorito. Estas mientras me pongo el labial para ir al trabajo. Llegas y de pronto estas ahí en mi llamadas a larga distancia. Llegas justo antes que suene mi alarma y te vas antes que tenga tiempo de apagarla. Ese es el problema amor,  que te vas. Llegas y te vas, justo cuando comienzo a recordarte.