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No puedo
evitar soltar una carcajada. Solo Emma puede resumir una historia tan larga y
complicada con tan solo cuatro palabras. Aunque la verdad tiene razón.
-Tienes
razón, pero entiéndeme. Que hay dÃas en los que me parece que no ha pasado. DÃas
en los que me despierto y por un momento pienso que todavÃa sigue conmigo. Y es
ahà cuando el dolor, de repente, se hace más fuerte. ¡Joder! Lo he vuelto a hacer. Vale,
vale que es tu cumpleaños y como bien dices, no mi dÃa ni mucho menos el de
Luis. Te tengo una sorpresa.
-¿Una
sorpresa? Lo que pienso es que no tienes nada planeado y acabas de sacarte la
sorpresa de debajo de la manga. Te
conozco, Charlotte.
-Para nada.
Te lo juro. Llevo semanas preparando tu sorpresa. Es más, hace dÃas que ya la
tengo.
Charlotte
está mintiendo por supuesto y se siente mal por ello, pero que debÃa hacer. La
verdad no habÃa tenido cabeza para pensar en el cumpleaños de Emma. Se dispone
rápidamente a pensar que sorpresa puede hacer en tan corto tiempo.
-Ya, Ya. Te
creo. Bueno entonces, ¿Cómo debo vestirme? ¿A dónde vamos? ¿Debo empacar?
Tienes que decirme algo al menos.
-Nada de
eso. Dentro de una hora estoy en tu casa.
-Vale. Te
espero.
Charlotte
cuelga y sale corriendo hacia su ordenador. Entra en la página de una de las
aerolÃneas famosas y se dispone a buscar el boleto más próximo hacia Paris. SonrÃe.
A Emma le va a encantar su idea. Con en el cursor encima de la palabra
“Reserve”, en contra de su voluntad, llegan los recuerdos.
Hace un año y medio atrás
-¿Me prometes que iremos a Paris algún
dÃa?-pregunto Charlotte esperanzada.
-Te lo prometo. Y nos subiremos a la Torre
Eiffel y allà te prometeré nunca dejarte. Para que de una vez me creas. – le contesto Luis sonriendo.
-Vale. Solo asà podre creerlo. – le devuelve
Charlotte sonriendo, mientras se acerca y le da un suave beso en los labios.
Charlotte
maldice el momento en que comenzó a creer en aquella promesa. El momento en que
creyó que él nunca la dejarÃa. Que tonta, debió haber esperado a que le llevara
a Paris. Charlotte pulsa “reserve” mientras piensa que no necesita a nadie para
ir a Paris. Es algo que puede hacer por sà misma o mejor aún, con amigas como
Emma. SonrÃe. Si, irán a Paris.