Hoy
mientras tomaba un clase en mi gimnasio, nuestra instructora nos dijo que
pensáramos en algo por lo cual estábamos agradecidos. Mis primeros pensamientos
fueron los esperados: mi familia, mis amigos, mi trabajo y tener un techo sobre
mÃ. Luego tuve otro pensamiento, estoy
agradecida por el dolor. Por la angustia.
Las lágrimas. Quizás tú que me lees no comprendas porque doy gracias por
el dolor, la angustia o las lágrimas. Lo
que ha pasado estos últimos dÃas, este dolor, me ha enseñado de que estoy
hecha. Que soy más fuerte de lo que jamás imagine. El dolor me ha purificado, ha sacado lo mejor
y lo peor de mÃ. Me ha puesto un espejo enfrente y obligado a reconocer quien
soy. A reconocer mis faltas, pero también cuales son mi fortalezas. Me ha hecho
darme cuenta que necesito amarme más de lo que amo a los demás. Como siempre le
digo a una amiga, la felicidad que buscamos está dentro de nosotros no en nadie
más. Me mostro quienes son las personas que realmente se preocupan por mÃ. Y quienes
solo fingieron hacerlo. No rechacemos el dolor, hazlo parte de tu vida. Reconócelo.
Y un dÃa pasara que te darás cuenta que ya no vive contigo. Asà que durante la clase, mientras sudaba como
nunca habÃa sudado en mi vida, di gracias por el dolor. Y tú, ¿Por qué das
gracias hoy?
Monólogo Interno: Parte XVI
July 21, 2017
Estos últimos
meses han sido particularmente difÃciles y tristes, sin entrar en detalles, la
vida me hizo darme cuenta de que estoy hecha. Durante esos meses me di cuenta
de algo sumamente importante, a la gente le incomoda que estés triste. Me
explico, durante esos meses cuando las personas me preguntaban cómo estaba; yo
siendo tan honesta contestaba que mal. DeberÃan de haber visto las reacciones que
obtuve, nadie sabÃa qué hacer con mi respuesta. Y la mayorÃa terminaba
diciendo, “eso ya pasara”, “estas mejor ahora”, y mi favorita “no te vas a
morir”. ¿Porque será que a la gente le incomoda la tristeza? Quizás tengan
miedo que sea contagiosa, lo cual es absurdo. Tengo una amiga que siempre me ha dicho que
son muy pocos los que en realidad quieren saber cómo estas, el resto solo
quieren saber cuándo estas bien. Y la
verdad tiene razón, el 90% de las personas que me preguntaban no querÃan saber
lo mal que estaba, querÃan saber las razones y el “chisme” para poder
compartirlo hacia adelante. Nadie querÃa saber lo que el “chisme” estaba
afectando a mi vida. Y esta es la triste realidad todo el tiempo. ¿Cuántas veces
haz querido decir “no estoy bien”, “me siento mal” o “necesito ayuda”? ¿Cuántas
veces, en cambio, haz repetido “estoy bien”, “me siento mejor” o “todo va
mejorando”? Te invito a que de ahora en adelante contestes esta pregunta
honestamente y al que no le guste, bueno ya sabes para donde puedes mandarlo.
Debemos dejar de esconder nuestras emociones solo porque a los demás los hace
sentir incomodos. No es justo para nosotros. Aquellas personas que le incomode
deben hacer una introspección de porque esto ocurre. Cuéntame, ¿Cómo te sientes
hoy?
La Diáspora
February 15, 2017
Me mude
para los Estados Unidos hace dos años. Siempre habÃa querido hacerlo, mucho
antes de que la diáspora comenzara. Mucha gente me dijo; “¿para que te vas para
allá?”, “vas a extrañar muchas cosas”, etc. Y tenÃan razón, pero siempre lo
supe. Supe que extrañarÃa a mi familia, a mis amigos, a mi tierra. Eso nunca lo
dude, pero aun asà mi deseo de irme era más grande. Después de todo dicen que
la distancia hace que el corazón crezca más afable. No voy a mentir y decir que
fue fácil. Ha sido una de las decisiones más difÃciles que he tomado. Y aun
ahora, dos años más tarde sigue siendo difÃcil. Es ese constante hilo halándote
en la dirección contraria. Rogándote que vuelvas. Es por esto que cuando escucho los debates de “yo
no me quito” y “me quite y me va cabron” me da tristeza. Nadie de los que aún están
en la isla conoce la tristeza con la que vivos aquellos que “cruzamos el charco”.
La sensación de que por más tiempo que estemos acá nunca se sentirá como estar
en casa y a la misma vez, ir a la isla de visita y sentir que ya no perteneces.
Los comentarios de que porque ya no vivimos allá perdimos el derecho a comentar
la situación de Puerto Rico es triste. Entonces nos quedamos en ese limbo sin
saber a donde pertenecemos. Y pasa, que fue a nosotros los que nos tocó el palo
más corto. Y aun cuando fuimos nosotros los que escogimos el palo más corto no
deja de ser difÃcil. Somos los que no importa a donde vayamos a comer la comida
nunca sabrá igual a la de la isla. Los que como yo, se mudaron a un lugar donde
las temperaturas bajan a negativos, la nieve te llega a las rodillas y el frio
lo sientes hasta en los huesos. Asà que sin importar cuan “cabron” nos vaya
nunca será como un domingo en la playa con tus amigos sin ninguna preocupación.
Por más caliente que se vuelva acá nunca será como el calor de la isla. Asà que mientras te tomas el café de la mañana
escuchando al gallo cantar, no nos juzgues, porque al final del dÃa la tienes
mejor que nosotros.
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