Desde hace ya algún tiempo he estado pensado
acerca de la vida. Dirán ustedes, ¿no lo hacemos todos? Ciertamente pero, yo
últimamente lo he estado haciendo mucho más que el resto de las personas.
Quizás porque cumplà veintitrés y estoy teniendo un crisis. SÃ, se puede tener una crisis a los
veintitrés si tienen amigos de esas edad pregúntenle para que vean,
especialmente aquellos que están apunto o ya están graduados. Eso de estar
apunto o ya estar graduado y no tener la menor idea de lo que vas a ser con tu
vida puede tener ese efecto en uno. Que yo no soy del tipo de persona que no
tienen que preguntarle que va hacer porque este ya tiene por lo menos un plan
de 10 años. Que yo ni siquiera se lo que voy a hacer este fin de semana mucho
menos voy a saber que voy a hacer cuando termine mi bachillerato. ¿Buscar un
empleo?, pues no, porque con la economÃa como esta tendrÃa suerte de tener una
trabajo en alguna tienda o supermercado, si ninguna intención de ofender a los
que trabajan allÃ. Les envidio porque al menos ustedes tienen trabajo. Irónico
que mi bachillerato es en PsicologÃa Forense y no tenga trabajo, cuando lo más
que hay en este paÃs son criminales. Cambiando el tema, porque este post no lo escribÃ
con la intención hablar de la economÃa, llevo dÃas pensando en que voy a ser con mi
vida. En como a veces no tengo la menor idea de lo que voy a hacer con ella y
otras veces lo tengo tan claro que me da miedo. Irónico, ¿no? Bernard Shaw una
vez dijo que hay dos tragedias en la vida: una es perder lo que quieres y la
otra es obtenerlo. Creo que tenia razón a veces da miedo obtener aquello que más
quieres porque no sabes si por el camino lo vas a arruinar o perderlo. En eso
es lo que he estado pensando últimamente, ¿Qué pasa si tomo la decisión equivocada?
¿Qué pasa si obtengo lo que mas deseo y lo arruino? Acabo de darme cuenta que
tengo un millón de oportunidades a la mano, que puedo hacer lo que quiera. Y
como me asusta eso. Por primera vez no tengo la menor idea de lo que debo
escoger, de lo que debo hacer. La vida *suspiro* es tan difÃcil, tan compleja y
da miedo. Supongo que tengo que resolver todo esto pronto. Y mientras estaba aquÃ
contemplando que hacer y a quien comentarle mis dudas, me di cuenta que se los querÃa
contar a ustedes. Después de todo quien mejor para entenderme, creo que todos
pasamos por esto alguna vez.
Un recuedo inventado.
April 21, 2012
"Cierro los ojos…me concentro…casi puedo sentir tus brazos a mà alrededor…el calor de tus piernas entrelazadas con las mÃas…tu aliento en mi cuello…tus labios rozando mi oÃdo mientras susurras: Te amo…en ese momento imaginado te extraño más que nunca…se siente tan real que duele…abro los ojos…solo soy yo y una cama vacÃa…y la historia de alguien más en las manos."
Puede darle repeat, Por favor.
April 17, 2012
Llevaban sentados unos veinte minutos en unas de la mesas en la librerÃa. Ninguno de los dos habÃa dicho nada en ese tiempo. Después de quedarse viéndose el uno al otro, en aquel pasillo en la librerÃa, muy despacio y sin decir nada ambos se sentaron en la misma mesa. Cecilia no sabia que decir, le parecÃa improbable que estuviera en el mismo sitio con Adam. El momento parecÃa tan frágil, tan intimo y tan parecido a un sueño que ninguno de los dos querÃa hablar para no romper la magia del momento. ¿Qué pasaba si decÃan las palabras equivocadas? ¿Si resultaba ser que no era magia después de todo?
-Yo…-
-Jamás…-
Ambos dijeron a la misma vez. Se miraron, y sin poder evitarlo, comenzaron a reÃr. Resulto ser que no era tan difÃcil después de todo. Se pasaron, lo que parecieron horas, hablando de todo y nada. Por supuesto, de todo menos de Diego el elefante sentado entre ellos. El celular de ambos habÃa sonada varias veces pero ninguno de los dos lo habÃa notado. De no ser por una voz que les aviso que la librerÃa estaba a punto de cerrar, habrÃan estado horas allà hablando, conociéndose. En la puerta de la librerÃa ambos se miraron y en sus miradas se podÃa ver que no querÃan separarse.
-¿Te apetece caminar un poco?- pregunto Adam esperanzado.
-Por supuesto-
Ambos querÃan alargar el momento porque ambos sabÃan que después de ese dÃa ya no habrÃa momentos como ese. No habrÃan promesas o planes, porque aunque ninguno de los dos lo dijera se habÃan conocido tarde. Después de ese dÃa no habrÃa cabida para la magia…Y Arjona, sin Cecilia quererlo, sigue cantando en su cabeza la misma canción una y otra vez.
*Todo comenzó aqui: Nuestra historia, con alguien más y Tarde
Tarde.
April 12, 2012
Su nombre llevaba semanas repitiéndose en su cabeza: Adam, Adam, Adam. ParecÃa ya el coro de una canción: Adam, Adam, Adam. A veces se preguntaba si él podÃa oÃrlo, si se daba cuenta de que no era su nombre el que susurraba su mente y sÃ, también su corazón. ¿Se podrá imaginar, una historia con alguien que no conoces?, se preguntaba a menudo. Cuando él tomaba su mano no podÃa evitar pensar como se sentirÃa la de él en la suya. Como seria caminar la calles de su hermoso Nueva York abrazada de él. Y si, ahora era él, sin nombre para engañarse a si misma, para que creyera que no era real. Fingió nunca haber escuchado su nombre. No es real aquello que no se nombra, ¿verdad? Suspiro, sà Cecilia sigue mintiéndote a ti misma. Total no era probable que lo fuera a volver a ver. Tenia que concentrarse en Diego, que era su ahora, su presente y muy probable su futuro, no en un sentimiento fortuito. Sin quererlo recordó su mirada gris, su sonrisa, su mirada casi incomoda. SÃ, incomoda por que pareciera que podÃa ver dentro de su alma. A quien engañaba si ella era una fiel creyente de esos encuentros/sentimientos fortuitos. De la cosas si planear, espontaneas. Decidió visitar su librerÃa favorita, para ver si allà lograba distraerse. Camino los cuatro bloques que habÃa entre su apartamento y la librerÃa en una especie de bruma, queriendo no pensar. Tan pronto entro el olor a café y libros despertó en ella otra clase de sentimiento y se sintió en paz por primera vez. Se dirigió a su sección favorita, a perderse en las historias de alguien más. Y justo allÃ, de todos los lugares, de entre las millones de personas que viven su ciudad, se encontraba Adam sosteniendo un libro con una expresión de paz en el rostro. Muy parecida a la suya. Y por segundos el mundo se detuvo y después comenzó a girar demasiado rápido. Y no pudo evitar recordar las palabras de su cantante favorito: Te vi, nos vimos, nos reconocimos pero…tarde.
*Todo comenzó aqui: Nuestra historia, con alguien más.
*Todo comenzó aqui: Nuestra historia, con alguien más.
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