Carta #5



Cecilia:
                Tu carta me tomó por sorpresa. No por el hecho de que llegara sino por su contenido. Mejor dicho tu honestidad me tomó por sorpresa. No voy a escribir refutándote todo lo que escribiste. La verdad es que tienes razón. En todo. Así que de la misma manera en que tú fuiste honesta, yo lo seré. ¿Quieres saber porque no lo incluí? Porque no lo quiero en nuestra historia. Punto. Me parece que se coló en ella sin permiso. Algo absurdo, ¿no? Porque él estuvo en tu vida mucho antes que yo. Bueno te prometí honestidad no coherencia. Porque la verdad, Cecilia, cuando se trata de puedo ser todo menos coherente. Tú nublas mis sentidos. Punto.   Desde el principio supe que nuestra historia no iba a ser fácil. Y siempre estuve dispuesto a todo. ¿Por qué? Hay momentos en la vida, que muy pocos logran experimentar, en los que tu vida se ve tan clara, en los que toma sentido de momento y sabes justo lo que tienes que hacer. Eso paso el día en que te vi por primera vez. No voy a mentir y decirte que te ame desde el primer momento porque no fue así, pero supe que serias parte de vida. ¿Cómo? ¿Qué parte? Eso lo descubrí mas tarde. No puedo dejarte ir, Cecilia. Como hacerlo si eres lo que llevo, sin querer, buscando toda mi vida. No puedo prometerte para siempre. Porque nadie puede hacer ese tipo de promesas. Porque puede que en unos años alguno de los dos cambie de opinión, pero lo que tenemos ya no viene a menudo. Por lo que tenemos vale la pena luchar y arriesgarse. Porque algo si te puedo prometer y es que no importa la edad que tengamos o a donde la vida nos lleve siempre nos vamos a recordar de como nos sentimos en este momento. Y te puedo asegurar que esta misma clase de amor no la sentirás dos veces. Así que, dime Cecilia, ¿Estas dispuesta tú a hacer esa promesa?
-          Adam