Puede darle repeat, Por favor.

Llevaban sentados unos veinte minutos en unas de la mesas en la librería. Ninguno de los dos había dicho nada en ese tiempo. Después de quedarse viéndose el uno al otro, en aquel pasillo en la librería, muy despacio y sin decir nada ambos se sentaron en la misma mesa. Cecilia no sabia que decir, le parecía improbable que estuviera en el mismo sitio con Adam. El momento parecía tan frágil, tan intimo y tan parecido a un sueño que ninguno de los dos quería hablar para no romper la magia del momento. ¿Qué pasaba si decían las palabras equivocadas? ¿Si resultaba ser que no era magia después de todo?
-Yo…-
-Jamás…-
Ambos dijeron a la misma vez. Se miraron, y sin poder evitarlo, comenzaron a reír. Resulto ser que no era tan difícil después de todo. Se pasaron, lo que parecieron horas, hablando de todo y nada. Por supuesto, de todo menos de Diego el elefante sentado entre ellos. El celular de ambos había sonada varias veces pero ninguno de los dos lo había notado. De no ser por una voz que les aviso que la librería estaba a punto de cerrar, habrían estado horas allí hablando, conociéndose. En la puerta de la librería ambos se miraron y en sus miradas se podía ver que no querían separarse.
-¿Te apetece caminar un poco?- pregunto Adam esperanzado.
-Por supuesto-
Ambos querían alargar el momento porque ambos sabían que después de ese día ya no habría momentos como ese. No habrían promesas o planes, porque aunque ninguno de los dos lo dijera se habían conocido tarde.  Después de ese día no habría cabida para la magia…Y Arjona, sin Cecilia quererlo, sigue cantando en su cabeza la misma canción una y otra vez. 


2 comments

  1. Me gusta que se hayan encontrado en la librería, que sus primeras palabras fueran en ese lugar tan mágico donde no hay solo una sino miles de historias.

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  2. Y las mejores historias se producen al dejarse llevar, al vivir el momento. Que bueno que se fueron a cenar...:)

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