Con amor, Marimar: Carta II


Cariño, ya hace algunos meses que he querido escribirte. Lo tengo todo. Lápiz, papel y las ganas. Pero nunca me animo. Pienso en que quiero decirte, que es eso tan urgente que necesitas saber. Cariño, es demasiado. Me sobran las palabras, ese es el problema. Decirte que me has cambiado la vida se queda corto. Me has cambiado el alma, cariño, que es diferente.  He tomado el lápiz, sabes. Pero es tanto lo que siento que se amontona en mi corazón y se reúsa a salir. Decirte que gracias a ti sonrío mas se quedaría corto, cariño, porque la verdad nunca supe que era un sonrisa hasta que te conocí. He tenido las ganas. Las ganas de escribirte todos los días. De decirte. Pero nada sale, cariño. Decirte que me siento como si al fin me hubiesen contado el secreto de la vida se quedaría corto, porque la verdad nunca supe que existía uno hasta que te conocí. No me mueves solo el piso, cariño, me mueves la vida, me mueves el alma. La sacudes tanto que apenas y me reconozco al mirarme al espejo. Es como si al final me hubiese convertido en esa persona que siempre debí ser y la vida se empeñó en sofocar.  He querido decirte tanto, que al final me he quedado sin palabras. 

Con amor, Marimar

Con amor, Marimar








Ayer mientras trazaba los lunares de tu espalda pensaba en cómo fue que me fui a enamorar de ti. No fue algo difícil, la verdad. Tu risa contagiosa. Y esas aventuras que solo se te ocurren a ti y terminan siendo inolvidables. Tu manía de hablar inglés cuando quieres que sepa que hablas enserio. La certeza de que siempre puedo contar con tu calor en los días de invierno. Y tus ronquidos también, para que mentir. Esa molesta manía de convertir todo en una broma, como mecanismo de defensa claro. Tratando de esconder como en realidad te sientes. ¡Que par! Tu escondiendo como te sientes y yo gritándolo a los cuatro vientos. Nos complementamos, amor, no hay duda de eso.  Ni siquiera en los días más obscuros cuando nuestros peores defectos salen a la luz. Cuando nos cuesta querernos hasta a nosotros mismos. Es en esos días cuando se hace más claro que somos el uno para el otro.  Quizás no en todos los aspectos, pero al menos en los que más cuentan.  Amor, nunca he sido de letras, más bien de sentidos. De pasiones. De certezas.  De no decirte y sino enseñarte lo que me haces sentir.

Con amor,
Marimar

Mi año 2015: Cambios

Si alguien me preguntara en estos momentos que describiera mi año 2015 solo tendría una palabra: cambios. Mi 2015 fue uno lleno de cambios. Uno detrás del otro. Una montaña rusa de emociones. El 14 de enero del 2015 con tres maletas, un par de ahorros y muchas ganas tome un vuelo sin regreso a Estados Unidos.  Ese sería solo el comienzo de un corriente de cambios que llegarían a mi vida. Cambios que me han enseñado de que está hecha la vida. Una de las cosas más valiosas que me ha enseño ha sido que ser feliz es muy solitario. Que para ganar tienes que sacrificar. Y que extrañar se siente hasta en los huesos. Que la distancia no te hace más que apreciar más lo que tenías y mirar con otros ojos las cosas que nunca pensaste extrañar.  El 2015 me regalo amor. Amor como el que siempre pensé que existía pero nunca pensé que sería para mí. Por más cliché que suene. En el 2015 todo tomó sentido y las piezas del rompecabezas al fin cayeron en su lugar. Agradezco cada cambio, cada tropiezo, cada piedra en el camino, cada caída. De cada uno de ellos aprendí y cada uno de ellos me hizo más fuerte. Y mi recompensa llego casi al final como me había contado una gitana en algún lugar cerca del mar (también me conto que viajaría el mundo y pienso darle la razón). Ahora estoy aquí con los pies firmes y el corazón lleno. Y no lo cambiaría por nada en el mundo…


Post Data. Una de mis resoluciones este año será escribir más por acá y pienso cumplirla.