New York, Oh New York!


19 de mayo de 2010
Una vez  una amiga me pregunto cuál es mi lugar favorito en el mundo. Ni siquiera lo pensé con todo la seguridad de alguien que todavía no ha descubierto los secretos del mundo le dije: Nueva York. Desde que tengo uso de razón había querido viajar a la Ciudad que nunca duerme o como muchos la conocen La gran manzana. Era algo extraño nunca había visitado la ciudad y sabia muy poco de ella, solo lo que las películas me habían mostrado y ya sabemos cuán irrealistas y desproporcionadas pueden llegar a ser.  Cada persona que me conocía bastante sabia de mi sueño ingenuo y algo ilusorio de algún día visitar la ciudad. La verdad es que sabía que nunca me atrevería visitar la ciudad por mí misma.  Y dudaba que alguien cercano a mí le apasionara la ciudad de la misma manera que me apasionaba a mí. Todavía recuerdo el día, un 16 de marzo del 2010, para ser exactos el día de mi cumpleaños número 21, mi madre y mi tía me dieron el mejor regalo que hasta ahora he recibido, un sobre con un papel adentro con mi nombre, la fecha 19 de mayo de 2010, el # de vuelo 736 y la oportunidad de visitar mi ciudad por 17 días.  Ese día no solo me volví mayor de edad, la edad donde las responsabilidades se vuelven solo tuyas, sino que pude ver como uno de mis sueños se convertía en realidad.  Contaba los días en mi viejo calendario de una serie que ya no trasmitían en televisión pero que nunca dejo de gustarme. Recuerdo haber hecho la maleta dos semanas antes con la ilusión de quien nunca pensó que su sueño se hiciera realidad. Verán quizás no entiendan mi sentimiento hacia esta ciudad, cuando existen cosas infinitamente más famosas y visitadas, cuando existe la Torre Eiffel, la Muralla China o las playas de Cancún. Robando las palabras de una amiga, New York es mi Madrid.  Siempre sentí que Nueva York me llamaba, sentía esta necesidad de estar allá de visitar y pisar sus calles, algo sucias por el mucho andar. Ahora tenía la oportunidad de verlo con mis propios ojos, de ver lo que era estar en el mismo centro de Madison Square Garden o subir los 102 pisos hacia la vista más hermosa de la ciudad. El día antes del aclamado día, no pude dormir, daba vueltas en mi cama soñando despierta como seria ver mi ciudad.  Recuerdo haberme levantado a las 6:00 de la mañana, con solo tres horas de sueño en el cuerpo, mi vuelo salía a las 10:52 de la mañana.  Mi mamá me dejo en el aeropuerto con lagrimas en los ojos era la primera vez que íbamos a estar lejos por tanto tiempo. En este viaje me acompañaba mi tíos y mi primito, hicimos la fila entregamos nuestros boletos y en menos de media hora estaba yo sentada en la pequeña sala escuchando como poco a poco iban llamando a los pasajeros. Sentía como mi corazón latía con fuerza y los nervios de estar por primera vez en un avión.  ¿Conocen ese sentimiento de estar exactamente donde deberías estar en exactamente el momento adecuado? Así me sentí esperando a que llamaran mi número que era allí exactamente donde debería estar. Esta no es la historia completa porque es una historia que aún se está escribiendo pero solo puedo decir que en ese viaje pagué 20 dólares, subí 102 pisos por la mejor vista de la ciudad….
*Continuara….

1 comment

  1. We should goooooooooooo* me encantó!!!! Eso de sentirse en el lugar preciso a la hora precisa me hace tanto sentido!!!! COmpartimos ese sueño... ya tú lo realizasteeee!! Me toca a mí!!! En mi blog tengo una entrada que se titula New York Calling*... desde siempre he sentido esa misma necesidad que tú!!! Cuéantame más en alguna carta! Me muero por saber!!!

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