Una carta para Cecilia

Cecilia:
                Te preguntaras como he conseguido tu dirección, pues, tengo que admitir que la verdad es que uno de esos días en los que pensabas que no te veía, mientras me observabas en una de las calles de Manhattan, decidí seguirte hasta tu casa.  Estarás pensando, “Perfecto resulto ser todo un psycho”, pues no. La verdad es que no podía pasar un minuto más sin que te dijera como me haces sentir. Y dirás, suena justo como en las películas. Puede ser pero, no por eso mis palabras dejan de ser menos ciertas. No voy a decirte que lo nuestro es imposible porque casi nada en esta vida lo es pero, si es difícil. ¿Cómo todas las cosas que valen la pena, no? En esta historia, nuestra historia, alguien saldrá herido. Presiento que más de uno. Inevitablemente alguien saldrá con el corazón roto. Como en todas las historias que hay mas de dos. ¿Seré egoísta porque una parte de mi no le importa? Esa misma parte que te quiere solo para mí. Es curioso, sabes, como a penas y te conozco y ya hablo de ti como si me pertenecieras. La verdad es que te llevo en la sangre, Cecilia. Dime como fue que te fuiste a meter ahí. Como eres lo primero que pienso en la mañana, como es que cada vez que veo algo en una tienda me pregunto si te gustaría a ti. Ni si quiera se tu color favorito o si duermes de lado. Si te gusta vivir aquí o es solo una parada más en tu viaje. Descubrí que no se casi nada de ti. Solo que cuando te veo mi corazón se detiene por unos segundos. Que las tiendas de libros te hacen sentir igual que a mi. Que esperas unos minutos para beber tu chocolate aunque después este frio. Que pasas el dedo por tu nariz cuando estas nerviosa  o que mueves tus manos cuando intentas explicar algo complicado. Esas son las cosas importantes, ¿no? Las que nadie mas ve pero, yo las noto. Porque no puedo no estar pendiente a cada detalle de ti. No sabré tu primer apellido, donde naciste o que edad tienes. Lo que se es que rara vez andas con el pelo suelto, que siempre andas con las uñas pintadas de un color distinto, que cuando estas llegando o ves un libro que te gusta cierras los ojos por un momento como agradeciéndole a la vida. No sabré cosas como el nombre de tu padres, si tienes hermanos o si fuiste a la universidad pero se lo mas importante que no soy solo yo el que anda sintiendo estas cosas. Así que, ¿Qué haremos, entonces, Cecilia? ¿Cómo termina nuestra historia? Anda, cuéntame el final que muero por saberlo.
                                                                                                                                                                               -Adam


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