He
descubierto en estos últimos días que esto de la amistad es algo muy efímero.
Cuando somos pequeños y conocemos a alguien es tan poco el tiempo en que
tardamos en convertirlo en nuestro mejor amigo/a. Lo curioso es que días después
puede ser que el puesto de mejor amigo/a lo tenga otra persona. Los niños tienen esa habilidad de seguir
adelante, de no quedarse en el pasado, de tomar la vida más liviana. La
amistad, al igual que el amor, es muy difícil de comprender. Un día eres amigo
de alguien y al otro se pasan por el lado como si fueran completos extraños. Es
parte de la vida dirán ustedes, puede ser. Aunque soy un fiel creyente de que
las personas no cambian si creo que maduran y es en ese proceso en que
comienzan a querer cosas distintas. Es ahí donde las amistades se disuelven y
los amores acaban, cuando lo que queremos no concuerda con la persona que esta
a nuestro lado. La mayoría en ese momento empieza a echar culpas a decir todo
cambio porque tú cambiaste. Pues no es cierto, todo cambio porque esa persona
maduro y dejo de querer las mismas cosas que tu. Es en ese momento, cuando te
das cuenta que una de las personas mas
importantes en tu vida ya no quiere lo mismo que tu, que experimentamos la
mayor herida. ¿Saben por qué? Porque si las
personas realmente cambiaran existiría la posibilidad de que esa persona volver
a querer las mismas cosas que tu, pero ¿que hacemos
cuando no creemos? Cuando una persona madura ese “cambio” que ocurre es
permanente y es eso lo que más duele. Se preguntaran porque estoy hablando de
esto. Un tema algo incomodo, ¿no? Resulta en que hace unos días
escuche a alguien cercano a mí decir que había perdido a su mejor amiga. Mi
primer pensamiento fue, no se pierde aquello que nunca fue tuyo. Un poco cruel
lo se. Suerte que solo lo pensé. Lo que si le dije es que a lo largo de la vida
iba a tener una infinidad de amigas/os que siempre que “perdiera” uno mas
adelante iba a encontrar otro. Que la amistad no se busca, igual que el amor,
que la amistad te encuentra. Y a veces, si eres afortunado, encuentras a esa
persona, o si eres muy afortunado
personas, que encajan contigo. Que comparten tus ideas y las que no comparte
las respeta, pero que no existía en el mundo nada igual a la amistad que existía
entre hermanas/nos. Que ella era extremadamente afortunada por tener una. Que
esa es la clase de amistad que dura para siempre. La clase de persona que sabes
que sin importar lo que haga siempre va estar ahí para ti, pero que también supiera
que a veces una “hermana” no necesariamente lleva tu misma sangre. Y que es de
vital importancia reconocerlo. ¿Y tu lo/la haz encontrado?
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