Monólogo Interno: Parte XI

Hace algún tiempo ya que no escribía uno de mis monólogos. Quizás porque mi cabeza estaba tan llena de historias que no había cabida para mis propios pensamientos. Pero, ahora que este año se acaba y uno nuevo está por comenzar comencé a reflexionar en todas las cosas que han pasado en este año. A solo horas de despedirlo me siento y recuerdo. Este año fue uno particularmente difícil, lleno de momentos de incertidumbre y dolor. Lleno de decepciones y momentos en lo que deje de creer en mi misma. En este año compartí hermosos momentos con mis amigas y con ellas también compartí horribles momentos. Momentos, que sin ellas no habría podido superar. En este año me enamore por primera vez y descubrí como se siente tener el corazón roto.  Como se siente dar todo por alguien, sentir todo por alguien y que esa personas no te devuelva lo mismo. Fue un año de descubrir partes de mí que no conocía. De sonreír y andar en las nubes, de vivir literalmente con los ojos cerradas.  Fue haber experimentado la magia por primera vez y descubrir que existen colores que aún no conocemos.  Fueron días de no dormir nada, ya haya sido por la emoción o la tristeza. Fue un año de emociones nuevas y unas tantas repetitivas. Una montaña rusa de emociones.  Fue darme cuenta que tengo tanto que dar, que soy capaz de tanto. Darme cuenta que tengo las mejores amigas del mundo. De tener la suerte de tener mi propia psicóloga personal (ella sabe quién es).  Fue darme cuenta que hay que tener mucho cuidado con lo que se le pide al universo. Y que puede pasar que algo se sienta correcto cuando en realidad no lo es. Que algo se sienta real cuando en realidad no lo es. Este año lleva en el, días perfectos y días tan obscuros como la noche. Fue un año de aprender a decir adiós y a dejar ir aunque duela. Es haberme dado cuenta que no todo es blanco y negro, y que a veces es bueno ver la vida en gris. Fue darme cuenta que crecer duele, y que creer duele aún más. Fue haberme dado cuenta que al final todo va estar bien, que todo pasa, que todo disminuye.  Como dice mi reflexión favorita:

"Te deseo que tengas suficiente sol para mantener tu espíritu brillante"

"Te deseo suficiente lluvia para que aprecies aún más el sol"

"Te deseo suficiente felicidad para que tu alma esté viva"

"Te deseo suficiente dolor para que las pequeñas alegrías de la vida parezcan más grandes"

"Te deseo que tengas suficientes ganancias que satisfagan tus necesidades"

"Te deseo suficientes pérdidas para que aprecies todo lo que posees."

"Te deseo suficientes bienvenidas para que logres soportar las despedidas".


Les deseo lo suficiente. ¡Feliz año nuevo! 

1 comment

  1. "dejar de creer" en uno mismo muchas veces es lo mejor que nos puede pasar.... nos obliga a encontrar nuevos sentidos y significados* te quiero amiga... sé que el año fue difícil... pero lograste ser feliz a tu manera, y eso es lo que cuenta! no tener miedo :)

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