Un último adiós.

Isabel se encuentra sentada en frente de Julián esperando su reacción.

-No entiendo- le dice Julián.

-Veras, Julián, es tan simple como que ni te escojo a ti ni a Marcos. Que me escojo a mí. Que me di cuenta que siempre he sido más feliz cuando estoy sola. Que no me molesta llegar a un apartamento vacío. Que la compañía que más anhelo siempre has sido la mía. Que me gusta estar sola.

-¡Pero!, como que te gusta estar sola, Isabel. No digas tonterías. A nadie le gusta estar solo. Que uno siempre necesita alguien con quien compartir su vida. Y yo quiero compartir la mía contigo.

-Sí, pero yo no contigo. La quiero compartir conmigo. ¿Tan difícil es? ¿Comprender? He nacido para estar sola, Julián. Y si yo lo he podido entender y aceptar. Tú también puedes.

-Es la excusa más estúpida que han usado para cortarme. Muchos más que: “No eres tu soy yo”. Esperaba más de ti, Isabel. Eres una cobarde.

- ¿Ves? Esa siempre ha sido la diferencia entre Marcos y tú. Él puede entender que esto es lo que me hace feliz y lo acepta. ¿Sabes porque? Porque él siempre supe quien en realidad era.

Isabel se levantó de la mesa y le dijo: “Hasta nunca, Julián. Que seas feliz.” Julián no dijo nada, aunque ya no tenía caso que lo hiciera. Isabel sabía que había hecho lo correcto.  Recogió sus maletas y pidió un taxi hacia su nueva vida. Sola.


FIN 

1 comment

  1. mmmm fue muy fuerte con Julián! pero si esa es ella, pues esa es ella!

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