Un cristal: Y se hizo historia


Cuando comencé la Universidad, casi siempre iba a almorzar a la pizzería que había justo al frente. Recuerdo que siempre me sentaba en la mesa que estaba junto al cristal para poder ver la gente que pasaba por allí. Y no pasaba un día en el que preguntara la historia de los que pasaban por allí. Siempre me dio curiosidad saber a dónde iban todas aquellas personas que pasaban frente aquel cristal. Pasaba horas sentada en aquella mesa viendo pasar a las persona y haciendo historias sobre su vida en mi cabeza. Fue allí donde nació o mejor dicho donde tome la decisión de escribir un libro, la verdad la idea llevaba mucho tiempo en mi cabeza solo que no me atrevía a contemplarla, de escribir sobre la historia de los muchos personajes que existían en mi cabeza. En esos días, la verdad aun lo hago, por la noches no podía dormirme sin crear una historia en mi cabeza o al menos una escena. Siempre he leído, es uno de mis pasatiempos favoritos, y siempre pensaba que nunca podría escribir algo tan organizado y esquemático como los son los libros. En esos primero años aprendí que con la práctica no hacemos mejor y ahora cinco años después no seré la mejor escritora pero tampoco soy aquella chica que no tenía la confianza de escribir sobre lo que creía. La verdad he comenzado a escribir mi libro múltiple veces y tengo varias escenas ya escritas, sin ningún orden, pero poco a poco va tomando forma. Y aun cuando han pasado varios años y estoy en otra Universidad aun sigo imaginando las historia de las personas que pasan juntos a lo cristales. En uno de los muchos libros que he leído encontré una cita que describe todo lo que he dicho y dice así: “ Every story is part of a whole entire life, you know? Happy and sad and tragic and whatever, but an entire life. And books let you know them.” Eso es lo que yo quiero que mi libro les haga sentir cuando lo lean, que estén viviendo la vida entera de una persona. Que mis personajes se vuelvan sus personajes. Que para ustedes sean tan reales como a veces lo son para mí. Una vez alguien me dijo que no podía escribir un personaje si no lo trataba como una persona real y tenía razón. De cierta forma ellos existen, al menos en mi cabeza y espero que algún día existan en la suya. ¿Y lo curioso? Todo comenzó en una cafetería y una mesa que queda junto al cristal.

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